Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto marchamos el 24 a la plaza. Llevamos nuestra bandera y usamos unas capas negras con la leyenda: Aborto Inseguro Nunca Más. Marchamos atrás de la Agrupación Peronismo 26 de Julio (aguante el comandante Cacho Scarpati!) y adelante del bondi del Colectivo Militante.
Me volvió a llamar la atención, como en muchas otras marchas a favor de los derechos humanos, pero especialmente en esta por ser el 24 de marzo, que seamos la única agrupación que incluye el reclamo por la descriminalización del aborto. Y este hecho paradójicamente contrasta con el apoyo efusivo que recibimos en todas las marchas, y especialmente en la del 24. El apoyo más afectivo y cómplice viene de las mujeres de 40 para arriba, esas mujeres que en la mayoría de los casos ya pasaron por la clandestinidad de dos, tres o más abortos.
Estamos en un etapa en la que podemos ver como están cambiando los sentidos sobre la última dictadura militar: los fiscales empiezan a usar la expresión “dictadura cívico-militar” y se denuncia explícitamente la matriz económica y financiera del golpe genocida del 76, por ejemplo, en el expediente sobre Papel Prensa. En este contexto la memoria y la verdad sobre el terrorismo de Estado también se asocia y sirve para explicar otros fenómenos sociales más actuales como al gatillo fácil, los desaparecidos en democracia y la concentración de los medios de comunicación.
Por eso me llama la atención la persistente omisión política en el campo de los DDHH sobre cualquier reclamo en contra de la prohibición del aborto. Ninguna bandera, excepto la nuestra, y ni una sola mención sobre el aborto inseguro que enferma, lesiona y mata a las mujeres más jóvenes, pobres, indígenas y negras. El documento del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, por ejemplo, reclamó medidas concretas contra el gatillo fácil y la explotación sexual de mujeres y niñas, pero no dijo nada sobre el aborto inseguro que afecta especial y directamente a las mujeres de las barriadas populares. Por eso digo, como sostiene el mismo documento del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, con impunidad y represión no hay derechos humanos, con aborto inseguro tampoco.