sábado, 30 de mayo de 2009

Historias

Para buena parte del mundo, es un lugar común explicar una serie de insatisfacciones personales sobre la base del rol de madres, padres, familias.

El otro día pensaba al revés. No es la historia de un pasado (uno de muchos), superado y sin efectos. Es la historia de un presente (uno de muchos).

“Se queja porque ella, su mamá, rompe las bolas. Dice que es como un deporte, una profesión, algo para lo que está especialmente preparada. Que le ordena las cosas, que se mete en sus asuntos, que da consejos no requeridos, que comenta su ropa, que opina sobre sus amistades (¡y hasta conversa con ellas!), que se preocupa por su trabajo, que llama más de la cuenta, que lo ridiculiza en público (¡una vez le dijo te quiero!).

Un día -no recuerda bien cuál, no puede identificarlo, no sabe si existió- ese calificativo dejo de ser tal. Ese calificativo se convirtió en identidad. En algún punto, su mamá dejó de ser alguien que rompía las bolas para ser una rompebolas, sutil pero no menor diferencia. Su identidad se confundió con el adjetivo, pasaron a ser uno solo, indistinguibles uno de otro. Su mamá, la rompebolas.

Desapareció su mamá, la persona y la mujer. También su mamá, la inteligente, la trabajadora, la profesional, la divertida, la hábil, la organizadora, la viajante, la curiosa, la desinhibida, la interesante, la conversadora, la persistente.

Ese día, un día, su queja se convirtió en etiqueta; una etiqueta simplificada, sesgada y negativa, ajena a las complejas características personales. Ajena también a las injusticias y asimetrías de género. Una etiqueta que revela a la vez que niega, que elige, que construye relaciones hacia dentro y hacia fuera, individuales y colectivas. Una etiqueta que despersonaliza, que maltrata, que discrimina.

jueves, 28 de mayo de 2009

TERRORISMO SEXUAL

Hoy (28 de mayo) se celebra el día internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. Es un llamado a la acción. Especialmente para los varones.
Me gustaría proponerles a todxs, pero especialmente a los varones que participan de este blog que reflexionemos sobre la conexión que existe entre la masculinidad hegemónica y la salud de las mujeres. En otras palabras estoy proponiendo una reflexión sobre cómo y de qué forma nuestras prácticas rutinarias y naturalizadas como varones violentos son un riesgo para la salud de las mujeres.
Para esto propongo también pensar la violencia masculina contra la salud de las mujeres como un continuo de terror* anti-femenino que incluye una amplia variedad de abusos verbales y físicos, tales como violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar, violencia física y emocional, acoso sexual (por teléfono, en las calles, en la oficina, y en el aula), mutilación genital (clitoridectomías, escisión, infibulaciones), operaciones ginecológicas innecesarias (histerectomías gratuitas), heterosexualidad forzada, esterilización forzada, maternidad forzada (por la criminalización de la contracepción y del aborto), cirugía plástica, y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento regulado por patrones masculinos. Cuando estas formas de violencia resultan en muerte, se transforman en femicidios
Empecemos el 28 de mayo a pensar y a intervenir sobre nuestras prácticas masculinas concretas ubicables en algún lugar de este continuo de terror sexual que pone en peligro la salud y la vida de las mujeres.
Hablemos de la salud de las mujeres, hablemos de nuestra violencia...



*Tomo prestado el concepto de "continuo de violencia" y sus diversas manifestaciones como "terrorismo sexual" del texto “Femicide" de Jane Caputi y Diana Russell (1990).

lunes, 11 de mayo de 2009

¿DE QUÉ ESTÁ HECHO EL TECHO DE CRISTAL?

Según el sentido común  el  techo de cristal estaría  hecho de ladrillos del mismo material, por lo tanto transparentes e    invisibles, o sea cristalinos. Esta  invisibilidad lo convierte en uno de los principales obstáculos que enfrentan las mujeres para  avanzar en sus metas laborales. Y si es invisible es porque se sostiene en base a  normas, códigos  y reglas informales, no escritas y para nada oficiales.

Sin embargo, la experiencia cotidiana de   mujeres y varones demuestra que el techo de cristal está hecho de un material diferente, compuesto de  conductas y actitudes  masculinas, tan concretas como  observables.

La pregunta que me gustaría plantearme acá como varón y reflexionar   con otros varones es sobre la forma y la cantidad de  material que cada uno de nosotros aporta cotidiana y rutinariamente para  construir y  sostener este  techo.

Estas son algunas reflexiones a partir de mi experiencia personal sobre dos situaciones típicas vinculadas a la  tarea cotidiana de naturalizar  el techo de cristal. La primer situación tiene que ver con los ascensos y el progreso en mi vida  laboral. Las veces que  me  ofrecieron    un  puesto laboral    que mejoró mi   estatus profesional reaccioné, automáticamente, convencido de que el resultado había sido  una consecuencia exclusiva   de mi  talento y de mis  méritos. Me llevo mucho tiempo reconocer que fue producto, la mayoría  de las veces, de un pacto entre varones, que excluyó a otras mujeres por el hecho de ser mujeres y que me  incluyó a mi  por el simple hecho de ser varón.  No estoy diciendo  que esta haya sido  la única y exclusiva razón; lo que estoy  tratando de remarcar  es mi incapacidad  para visualizar y  tomar en  cuenta   las ventajas que tuve  por el simple  hecho de ser  varón.

Tengo que admitir que  en ese momento no reaccioné como reacciono hoy. Me  parece patético   participar de este  pacto de masculinidad que vengo sosteniendo   desde que tengo memoria y por el cual  yo  y muchos otros varones  venimos  avanzando acelerada e   inexorablemente en nuestros proyectos profesionales, escalón por escalón; mientras mis  colegas, compañeras y amigas mujeres, avanzan proporcionalmente más despacio, o inclusive no llegan a avanzar.  Como si la  escalera ascendente de los varones   estuviera ubicada  en una  dimensión paralela donde el tiempo y el espacio operaran  de otra manera, básicamente  regulados por   reglas  estrictamente   misóginas y  homofóbicas.

Otra conducta típica   que ayuda a sostener el techo  es la complicidad masculina para  referirnos  a nuestras  compañeras y colegas como si fueran objetos inanimados, listos para ser consumidos sexualmente. Nuestras miradas fijas   dividen sus cuerpos en partes, los  analizamos y los comentamos.  Esta práctica de acoso sexual frecuentemente puede derivar en  otras formas más directas de acoso, algunas veces   sutil (machismo gentil) y otras más evidentes, físicas  y explícitas. En la mayoría de los casos el ascenso  de las mujeres estará condicionado por la respuesta al acoso  de los varones. Y en el peor de los casos este tipo de conductas masculinas no sólo condiciona el desarrollo profesional sino también la salud de las mujeres

 Me llevó mucho tiempo  tener el valor para   de-construir esta complicidad masculina sobre la cual se construye una buena parte de las relaciones de género en el trabajo y  por fuera del ámbito laboral  también.  Pero tengo que admitir que no siempre lo logré ni lo logro aún. A veces  interpelo a mis colegas  sin que me importe ser excluido del grupo de varones en permanente ascenso, pero otras veces no tengo el suficiente valor. Todos los días es una nueva prueba.  Al igual que el techo de cristal, la masculinidad se construye o se de-construye todos los días.

En teoría  el techo de cristal es un límite invisible para el desarrollo laboral de  las mujeres y otros grupos discriminados por el sexismo y la homofobia de los varones. Sin embargo, en la práctica, el techo es   un límite que sostenemos e imponemos los varones a través de nuestras conductas misóginas cotidianas. Estas conductas son tangibles  y no son para invisibles. Otra cosa es que las ignoremos y las  neguemos.

Es necesario y urgente que empecemos a pensar y a  tener  nuevas conductas para desnaturalizar lo que  tendemos a creer que es un orden social justo y meritocrático,  cuando en realidad se trata de  un sistema de opresión, basado en nuestros patéticos pero efectivos privilegios masculinos.

viernes, 8 de mayo de 2009

De elecciones y fobias


Cortito.

Este año, excepcionalmente y por única vez (según nos dice la ley que ofició el tan debatido "adelantamiento") la fecha de elecciones nacionales nos cae un 28 de junio, fecha que coincide con el día del orgullo LGTB; que se remota a 1969 y conmemora la férrea resistencia de personas trans, lesbianas, gays, y bisexuales contra la represión y la violencia policial.

Esta infeliz coincidencia, es también una forma de discriminación. Si nuestrxs maravillosos actorxs políticxs no lo sabían, bueno: eso es lesbo/homo/bi/transfobia. Si lo sabían, peor. Los días de elecciones se caracterizan por la restricción de ciertos derechos, tales como el de reunión o el de libre expresión. Nuestro Código Electoral restringe muchas de las actividades propias de un día de lucha y resistencia como este.

¿Entonces? Lo que más rápido y fácil viene a la mente, es pensar que este año debería guardarse el Código Electoral y mirar mansamente cualquier evento, marcha, pintada, agrupamiento, stand, volanteada, protesta, festejo, intervención, acción, etcétera, vinculada con este asunto.

Si tuvieron el desatino de hacer coincidir las elecciones con el día en que el mundo le dice basta a la violencia transfóbica y heterosexista, que asuman la culpa, que no molesten ni obliguen a revivir Stonewall en lugar de conmemorarlo.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Repudio a la Criminalidad Transfóbica, Heteronormativa y Fascista

Ante la campaña de amedrentamiento, amenazas y violencia contra las compañeras travestis en situación de prostitución de Villa Luro, las organizaciones y activistas abajo firmantes nos hemos convocado para expresar nuestro más enérgico repudio ante estos hechos, e impulsar acciones tendientes a frenar estos ataques.

En días pasados un grupo de “vecinos anónimos” volantearon el barrio incitando a “echar o eliminar” a las travestis puesto que “desvalorizan y ensucian” el lugar, instando a atacarlas anónimamente “con métodos terroristas”, a “atropellarlas con automóviles”, llamando incluso a usar armas de fuego ya que según ellos “un arma vale más que mil palabras” o “un tiro en las piernas no los mata pero los asustará”. Este grupo de reaccionarios, usando expresiones discriminatorias e injuriosas como “estos hombres vestidos de mujer” ,“villeros malandras”, acusa a las compañeras de todo tipo de delitos, haciéndose eco y apañándose en la campaña derechista contra “la inseguridad”. Pero esto no ha quedado en palabras puesto que pasaron a la acción con piedras, huevazos, amenazas y hasta dispararon contra una compañera que afortunadamente pudo evitar el impacto de las balas direccionadas claramente hacia su cuerpo.

Como organizaciones y activistas repudiamos el accionar de este “grupo” de claro corte fascista que de la forma más cobarde y anónima está agrediendo a nuestras compañeras travestis, poniendo en riesgo no sólo su integridad física, sino rebajando su dignidad como personas. También sabemos que, a pesar de que casi todos los medios de comunicación (salvo excepciones) den micrófono a los más reaccionarios, no es éste el sentir de todos los vecinos de Villa Luro, ya que hace muchos años que las travestis “paran” en esas esquinas y nunca existió un problema de este tipo.

La situación de prostitución es prácticamente la única opción que esta sociedad patriarcal y capitalista ofrece a travestis y transexuales de los sectores populares. La sobrevivencia en estas condiciones con sus múltiples violencias, riesgos y carencias (policial, sanitarias, vivienda, etc) redunda en un promedio de vida de entre los 30 y 35 años. Sucesos cómo estos sacan a la luz éste problema de fondo: la necesidad de oportunidades reales de trabajo genuino para las compañeras, de acceso a sus derechos a la educación, salud, vivienda, etc. Al mismo tiempo desnudan las responsabilidades nunca asumidas por el Estado y los sucesivos Gobiernos para atender a estos reclamos.

Desde aquí hacemos un llamado a los grupos GLTTTBI y feministas, a todas las organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos, etc, y a la sociedad toda a pronunciarse contra esta campaña de violencia y a estar alertas y organizados ante cualquier posible nuevo ataque de este grupo derechista. También las/los instamos a no permanecer indiferentes y a no quedarse en silencio, ante los numerosos actos y situaciones de discriminación y violencia de clase que tiene lugar en nuestro país sobre las expresiones de diversidad de género y sexual en los sectores populares.


Convocan: Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación, Futuro Transgenérico, Carne Clasista, contra la opresión sexual y social, Revista Baruyeras-Una tromba lesbiana feminista, activistas independientes.

Adhieren: Asociación Transexuales Euskadi (España), Las Rojas, Las diversas (Santa Fe), jóvenes x la diversidad, Agrupación Nacional Putos Peronistas y otras.

ENVIAR ADHESIONES A: futurotrans@gmail.com, carneclasista@yahoo.com.ar, grupomal_denuncias@yahoo.com