miércoles, 22 de diciembre de 2010

domingo, 5 de diciembre de 2010

TERRORISMO DESINFORMATIVO CONTRA EL ABORTO SEGURO



En plena revolución tecnológica de la información, las mujeres que buscan información sobre el uso correcto del misoprostol para abortar de manera segura viven en la prehistoria informativa. La información sobre el aborto seguro con misoprostol no circula o circula mal: desinformando y difundiendo miedo. ¿Qué causa este fenómeno de obturación, censura y distorsión informativa?

La causa el terrorismo desinformativo: la acción deliberada por parte de periodistas y otros actores políticos (médicos, legisladores, etc.) de difundir información pública errónea o falsa con el objetivo de infundir miedo sobre un tema determinado para incentivar o desincentivar determinadas conductas sociales. En este caso concreto es el aborto seguro con misoprostol.

Para comprender cómo funciona el terrorismo desinformativo en el campo de los medios de comunicación analizamos un caso concreto. El lunes 4 de octubre de 2010 Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto presentamos el libro “Todo lo que querés saber sobre cómo hacerse un aborto con pastillas[1]. El mismo día, el periodista Guillermo Lobo, de TN (Grupo Clarín S.A.), publicó en el sitio on line de TN un video en donde cuestionó la calidad de la información que difunde el libro.

Para develar el método del terrorismo desinformativo desagregamos y contrastamos los argumentos del periodista de TN con los datos y argumentos científicos utilizados por el mismo libro como fuente de información.

1. EL video de Guillermo Lobo empieza cuestionando los “beneficios abortivos del misoprostol” con el siguiente argumento: “el misoprostol es una droga indicada para problemas gastrointestinales, particularmente para el tratamiento de úlceras.”

Sin embargo, con respecto al uso del misoprostol fuera de la indicación registrada (off-label), la Federación Latino Americana de Obstetricia y Ginecología (FLASOG) establece en la página 10 de la segunda edición de 2007 del Manual de Uso de Misoprostol en Obstetricia y Ginecología[2]: “el uso de un medicamento fuera de su indicación aprobada es una práctica bastante común y aceptada, por ejemplo, por la Food and Drug Administration de los Estados Unidos, que al respecto dice lo siguiente: - La buena práctica médica y el mejor interés de los pacientes requiere que los médicos utilicen drogas legalmente disponibles de acuerdo a sus conocimientos y mejor juicio.”

2. El segundo argumento de Guillermo Lobo sostiene que “el misoprostol tiene que ser vendido bajo receta archivada. Tiene que ser indicado por un profesional. Si un ginecólogo indica misoprostol debe haber un error. Porque es un gastroenterólogo el que debe indicar el misoprostol.”

Pero la FLASOG sostiene todo lo contrario. En la pagina 25 del mismo manual dice que “América Latina ha tenido un rol fundamental respecto a la utilización del misoprostol en obstetricia. (…) Rápidamente, el misoprostol se convirtió, en muchos países, aún sin estar aprobado para ese uso, en uno de los principales medicamentos utilizados para provocar un aborto, para la maduración del cuello uterino y la inducción del parto. Recientemente se está utilizando también para el tratamiento del aborto incompleto y la prevención y tratamiento de la hemorragia post-parto”. Y agrega en la página 60: “Existen algunas evidencias de que la población en algunos países de América Latina está usando el misoprostol sin receta médica, lo que, paradójicamente, ha dado como resultado que se observen menos complicaciones del aborto clandestino.”

3. El periodista además cuestiona que el libro compile “información segura y adecuada” y sin citar ninguna fuente sugiere: “lo cual puede ser puesto en duda”.

Sin embargo, el libro presenta en su página 4 una lista con 14 fuentes de información científica, entre las que se encuentran las principales organizaciones médicas internacionales como la OMS, FLASOG, CLACAI, IPAS, entre otras.

4. Para terminar el periodista opina que: “decir cómo hacerse un aborto con pastillas y decir que es - barato, seguro y en casa -, merece la revisión de las autoridades y de toda la sociedad porque esto no es así”

Cuando el libro plantea que un aborto con misoprostol es - barato, seguro y en casa – no hace otra cosa que traducir la evidencia científica acumulada durante los últimos 20 años de investigación médica a un leguaje simple, claro y accesible. Así, la FLASOG sostiene en la página 60 de su manual que “hasta la década de 1980 el aborto era siempre quirúrgico; un método invasivo realizado mediante instrumentos que pueden favorecer el ascenso de gérmenes, desde la vagina o el cuello hasta la cavidad uterina. (…) Mas recientemente se está utilizando, con amplia aceptación, el Aborto Médico, Medicamentoso o Farmacológico, por el cual la interrupción de la gestación se consigue mediante la administración de medicamentos. El más accesible en América Latina es el misoprostol por tener un bajo costo, no necesita refrigeración y es de fácil administración, lo que facilita su utilización”. Además “las mujeres dicen percibir este método como más natural, más privado, no invasivo, menos doloroso, más sencillo y con efectos secundarios tolerables”[3]

Por estas mismas razones la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2005, en la XIV edición revisada de la lista de medicamentos esenciales incluyó el misoprostol para la inducción del parto y para la inducción del aborto. Y en 2009 fue incluido para el tratamiento de aborto incompleto. La lista básica de la OMS enumera los medicamentos mínimos necesarios para un sistema básico de atención de salud, e incluye los medicamentos más eficaces, seguros y eficientes para las enfermedades prioritarias. Estas enfermedades se seleccionan en función de su importancia actual o futura desde el punto de vista de la salud pública y de las posibilidades de aplicar un tratamiento seguro y eficiente.

O sea: BARATO, SEGURO Y EN CASA

Conclusión:

Según esta definición de “terrorismo desinformativo” se trata de una práctica que tiene como principal objetivo manipular la información para infundir miedo, lo cual se comprueba en las palabras elegidas por el periodista de TN en el cierre del video para reclamar que la publicación del libro “merece la revisión de las autoridades y de toda la sociedad” y remata “vamos a esperar ansiosos las repercusiones”

Desde Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto también esperamos ansiosas que el periodista Guillermo Lobo se informe y medite sobre las consecuencias políticas de su práctica desinformativa. Y para responder al reclamo del periodista de TN elegimos citar a la presidenta de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia como una de las principales autoridades médicas internacionales (si es que a eso se refiere el periodista cuando habla de "autoridades"...): “(…) las mujeres tienen el derecho a gozar de los beneficios de los avances de la ciencia y el conocimiento en el mantenimiento del más alto nivel de salud posible. Ese contexto aplica perfectamente a los usos ginecológicos y obstétricos del misoprostol, que ha llamado la atención de los profesionales de la salud y que ahora deben extender ese beneficio a las usuarias finales: las mujeres.”[4]


[1] Ver y descargar el libro de manera gratuita en http://abortoconpastillas.info

[2] Ver y descargar el manual en: http://www.flasog.org/images/misoprostol.pdf

[3] Raffaela Schiavon (2003) “Aborto médico: Alternativas terapéuticas actuales” Gaceta Médica de México, Vol.139, Suplemento No 1.

[4] Shaw, D.: “Misoprostol for reproductive health: dosage recommendations“, en International Journal Gynecology and Obstetrics, vol. 99, n0 2; 2007, pág. 155.

lunes, 4 de octubre de 2010

TODO LO QUE QUERÉS SABER SOBRE CÓMO HACERSE UN ABORTO CON PASTILLA


HORA PODÉS LEER, COMPARTIR Y CRITICAR LA INFORMACIÓN SOBRE ABORTO SEGURO DE LA LÍNEA: «ABORTO, MÁS INFORMACIÓN, MENOS RIESGOS»

Con esta publicación, de descarga gratuita por internet, la Editorial El Colectivo junto a Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto ponemos a disposición de lxs lectorxs un material indispensable que busca hacer efectivo el derecho de todas las mujeres a estar informadas. Este libro condensa el orgullo de la auto-organización política lesbiana, feminista, popular, negra, mestiza, visible y pública que es la línea «Aborto: más información, menos riesgos». Activistas, militantes, familias, amigas, compañerxs, equipos de salud, movimientos sociales, el estado, alrededor del objetivo de compartir información, experiencia, conocimiento, sobre una práctica de las mujeres de todas las épocas: abortar.

El aborto como práctica contracultural se mantiene criminalizado para garantizar su invisibilidad política apuntalando así la fantasía de aborto cero. Sin embargo, en Argentina las mujeres abortamos alrededor de 500.000 veces al año. La autodeterminación de las mujeres populares inventó hace tres décadas una tecnología revolucionaria: el misoprostol como método eficaz y seguro para abortar fuera del hospital. Hoy, hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el uso libre de misoprostol baja los abortos inseguros en los países donde abortar es ilegal, y apoya la difusión de información.

Ningún país que cree en los valores de la democracia, la justicia social y la igualdad puede legítimamente impedir que las mujeres aborten, que se organicen para tener una vida digna, libre de violencia, y saludable según las creencias que ellas mismas han construido y el sistema de valores que se han dado.

La legalización del aborto es una deuda de la democracia, porque la prohibición es un resabio de la dictadura cívico-militar oligárquica y eclesiástica contra el pueblo: las mujeres que mueren, que van a la cárcel, que son torturadas por lxs médicxs, lxs juecxs y los curas son las mujeres del pueblo.

En este libro trabajamos para devolver a las mujeres populares lo que es suyo: el conocimiento acumulado durante décadas de persecución y las tecnologías de aborto seguro que ellas inventaron experimentando con su cuerpo, la información pública respaldada por la ciencia. También información sobre la experiencia reciente y las preguntas frecuentes de las 5.000 personas que llamaron a la línea durante este año.

Esperamos que este saber acumulado sea tenido en cuenta por lxs legisladorxs, para formular una ley que no expropie a las mujeres sus conocimientos ni criminalice las experiencias diversas. Cuando la legalización finalmente llegue…

Para descargarlo gratis hacé click acá.

lunes, 27 de septiembre de 2010

¡SOIS UNOS PIJAS FLOJAS!


Una sociedad patriarcal como la nuestra nos enseña a los varones por diferente canales de aprendizaje y comunicación que tener la pija parada el máximo de tiempo posible es siempre algo bueno y positivo.

Nos enseñan que con nuestras pijas bien paradas podemos hacer de todo: tener una familia, un trabajo exitoso, un auto cero kilómetro, dos autos cero kilometros, una moto japonesa, plantar un árbol, escribir un libro, construir un puente, y ahorrar mucho dinero, pero por sobre todas las cosas coger, y si lo hacemos sin forro mucho mejor.

A partir de las 5.000 llamadas que recibimos en la línea Aborto: más información, menos riesgos* pudimos conocer a través de la experiencia concreta de las mujeres que llamaron buscando información que el 70% de los varones no usó preservativo y las dificultades que encontraron las mujeres para negociar con los varones la anticoncepción y prevención de ITS.

Pero el problema de la violencia masculina no termina acá. Cuando los varones cogemos con forro, muchos de nosotros lo usamos mal. Porque otra lección que nos enseña el patriarcado a los varones es que si la tenemos flácida cuando más erecta tiene que estar, hay que negarlo, disimularlo y seguir adelante con nuestro mandato.

Muchas de las mujeres que llamaron a la línea Aborto: más información, menos riesgos y que dijeron que el método anticonceptivo que usan regularmente es el forro, también nos contaron que sus parejas cogen con la pija flácida y que la mayoría de las veces se les sale el forro. Así, los varones disimulamos y las mujeres sufren las consecuencias.


Podría decirse que así como el coraje, el arrojo y la exposición al riesgo son atributos esenciales del rol de género de la masculinidad, tener siempre la pija erecta sería otro más. Cuando estos comportamientos de riesgo se acoplan con la sexualidad entramos en una zona de peligro, especialmente para las mujeres.

Los varones solemos referimos al aborto como si fuera un fenómeno social exclusivo de las mujeres: mujeres demasiado ignorantes, egoístas, insensibles, asesinas, pobres, negras, sexualmente imparables, independientes, feministas, etc. Pero en general nunca se habla de la violencia masculina que causa el aborto. Violencia masculina en todas sus variantes: estructural, institucional, médica, económica, política, pero sobre todo la más íntima, la violencia sexual en la pareja, la más cotidiana, rutinaria, naturalizada, casi imperceptible: querer coger siempre con la pija erecta y sin forro; y cuando lo usamos, cogemos sin reconocer que podemos ser unos pijas flojas que ejercemos nuestra cuota diaria de poder y violencia como diminutos pero leales agentes del patriarcado.

Pero para no terminar este post con un mensaje tan mala onda y meramente declarativo le propongo a los varones lo siguiente: que cada vez que hablemos sobre el aborto, en lugar de reclamar por los supuestos derechos del padre a decidir sobre el futuro del feto, o a demandar contención psicológica para las mujeres que abortan, o hablar siempre del aborto como un drama para las mujeres, o sugerir que las mujeres son las principales responsables de prevenir el embarazo, mejor empecemos por hablar sobre nuestras conductas peligrosas: desde coger sin forro hasta disimular y no hacernos cargo de nuestras pijas flojas cuando usamos forro. Y empezar también a imaginar otras formas de sexualidad que no impliquen siempre la penetración con una pija erecta como precondición para sentir placer y erotismo con una mujer o con otro varón.


* Línea Aborto: más información, menos riesgo. 011-15 666 4 7070

Podés llamarnos o mandar sms. Devolvemos las llamadas. Todos los días.

Http://abortoconpastillas.info


lunes, 19 de julio de 2010

EL FALSO DRAMA DEL ABORTO



Se viene la legalización del aborto; sin duda. Si la mayoría de las personas, incluyendo a muchos senadores y senadoras nacionales, reconocieron en estos últimos días que los argumentos de la Iglesia y de la Derecha huelen a naftalina vieja y a inquisición, que acá en argentina se llamó terrorismo de Estado, entonces se viene la legalización del aborto.

Ahora hay que afinar ciertos argumentos; y no me refiero a los argumentos en contra la Derecha más facha, que quedó demostrado en las últimas semanas que sostienen argumentos básicamente crueles, metafísicos en el peor sentido de la palabra, y profundamente discriminatorios. Y por lo tanto la mejor estrategia posible es dejarlos argumentar libremente. Me refiero, más bien, a los argumentos de la izquierda a favor del aborto, que también son compartidos por una parte de la derecha más moderada. Me refiero principalmente a la idea de que el aborto es un drama.

Esta idea se viene repitiendo como un mantra en el debate a favor de la legalización del aborto y sostiene que hay que legalizar el aborto porque: el aborto es un drama; y en consecuencia ninguna mujer del medio millón de mujeres que abortan clandestinamente todos los años quiere ni desea abortar. Entonces así repite y sigue el mantra: ninguna mujer quiere abortar.

Evidentemente la idea de que el aborto es un drama y que en realidad ninguna mujer quiere abortar resulta muy atractiva para algunos/as defensores/as del aborto legal porque creen que pidiendo disculpas o hiper-victimizando a las mujeres se puede implementar de manera más rápida y efectiva una campaña a favor del aborto.

Sin embargo, la estrategia podría generar un resultado contrario e indeseable porque el mantra victimizador se basa por lo menos en 6 presunciones que pueden llegar a bloquear y hasta frenar una auténtica reforma a favor del aborto legal.

Primero: el aborto es un drama en tanto se expresa y sigue la forma clásica de la tragedia griega. O sea: para la mujer abortar es un drama porque lo que se juega en el fondo es la lucha contra la maternidad como destino inexorable, que determina la vida de las mujeres. Así, para las mujeres el aborto será siempre un drama porque ellas sufrirán eternamente haberse atrevido a torcer el destino de la maternidad obligatoria. Se trata del drama de ser malas madres antes de serlo, o aún sin llegar a serlo nunca.

Segundo: para poder abortar las mujeres primero tiene que pedir disculpas, sentir culpa y obtener permiso. Sostener que el aborto es un drama entonces tiene como objetivo lograr una cierta empatía social con las mujeres que deciden abortar, piensan los reformistas. Pero a un precio muy alto, a costa de pagar con la autonomía, la dignidad, la confianza y el respeto de las mujeres que abortan.

Tercero: la idea de que ninguna mujer quiere abortar supone también que la mujer es sexualmente irresponsable y la idea funciona así: en su vida sexual las mujeres se equivocan permanentemente, cometen errores, no se cuidan, se acuestan con el primero que pasa, no pueden controlarse sexualmente, y lo hacen sin pensar en las consecuencias; pero tengamos lástima por ellas y otorguémosles el permiso para abortar, porque lo natural es que ninguna mujer quiera pasar por el drama de un aborto. En este punto radica el dramatismo del aborto; ninguna mujer lo desea, y por más irresponsables e infantiles que hayan sido, la misma experiencia dramática del aborto lo justifica.

Cuarto: El aborto es un drama porque en el fondo se sigue valorando socialmente la vida de un embrión más que la existencia concreta de las mujeres. Por lo tanto, la única forma de permitirles abortar a las mujeres es hiper-victimizándolas. Entonces el aborto es un drama social, pero es un drama especialmente intolerable para las mujeres porque por su culpa la sociedad pierde un embrión más, un ciudadano en potencia menos. Si como sociedad permitimos que las mujeres aborten, que sea con culpa y dramatismo.

Quinto: la idea del aborto como drama desvía y restringe el debate hacia la reglamentación del aborto no punible. Porque el aborto como experiencia dramática tiende a identificar el debate con los casos en donde las mujeres exigen un aborto porque corre peligro su vida o en los casos donde una menor de edad fue violada por un familiar. Pero una vez más, el drama no radica en el aborto mismo sino que hay que buscarlo en la posibilidad concreta de que los médicos y jueces valoren más la vida de un embrión que la salud o la vida de la mujer, como le pasó a Ana María Acevedo; y en la violencia masculina que sufren la mayoría de las mujeres cotidianamente. En estos casos, la legalización del aborto sencillamente evitaría o ayudaría a reducir el drama que implica la violencia misógina como obstáculo a un aborto no punible y como causa del mismo aborto.

Sexto: la idea del aborto como drama sugiere que la experiencia de abortar es una sola, uniforme y homogénea. Negando de esta manera la diversidad de la experiencia del aborto y de las múltiples subjetividades involucradas; invisibilizando la intersección de clases, etnias, razas, nacionalidades, edades, sexualidades, entre otras diferencias sociales. Es cierto que para algunas mujeres el aborto puede ser vivido como un drama, pero para muchas e incontables otras mujeres, por ejemplo, el verdadero drama radica en la maternidad obligatoria. La posibilidad de un aborto seguro se transforma en una experiencia libertaria y emancipadora frente a una sociedad hetero-patriarcal que limita a las mujeres a un papel reproductivo. Las experiencias concretas de las mujeres que abortan pueden ser múltiples y diversas: hay drama, alegría, liberación, miedo, hay de todo.

El supuesto progresismo del supuesto razonamiento lógico “El aborto es un drama: entonces ninguna mujer desea abortar” es en realidad un falso atajo hacia la legalización del aborto porque encubre una idea saturada de ideología patriarcal y misoginia. Se trata de un atajo que en verdad no lleva a ningún lado, porque despolitiza la experiencia del aborto inseguro, niega la autonomía de las mujeres, y aísla la experiencia concreta del contexto social. Un contexto social definido y estructurado por la clandestinidad que impone la prohibición del aborto. Una clandestinidad sostenida por un negocio millonario y por el doble estándar moral de políticos, médicos, jueces, curas, periodistas, legisladores, farmacéuticos y empresarios.
Si el aborto tiene algo de dramático, ese dramatismo lo podemos encontrar en el tránsito obligado de las mujeres como sujetas clandestinas por consultorios, hospitales, comités de ética, juzgados, comisarías, cámaras Gesell, y otras instituciones de control. Toda esta violencia institucional podría evitarse con la simple legalización del aborto y con una política de libre acceso al misoprostol. Para que cada mujer experimente el aborto de manera segura y como quiera.

sábado, 5 de junio de 2010

UN MANUAL DE VIOLENCIA PATRIARCAL


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El caso de General Villegas es de manual.

Primero lección: la víctima siempre tiene la culpa: “es una vaguita” dicen en Villegas. La misma regla que usamos para justificar cada uno de los femicidios que suceden cada 36 horas en este país, en cada ciudad, en cada pueblo, chico o grande: porque no era obediente; porque era una turra; porque hablaba demasiado con el primo; porque no soportaba estar sin ella; porque era torta; y así...

Segunda lección: Los violadores no tienen la culpa porque fueron provocados: “son buenos muchachos y en el pueblo los conocemos bien” dicen en Villegas. Exactamente, no son de afuera. No son desconocidos: no son “otros” que entran y salen del pueblo. Por el contrario: son parte de la comunidad, son “nosotros” y por lo tanto no pueden ser violadores. Y esta internalización de la violencia patriarcal es tan densa que una parte de Villegas decide movilizarse y marchar: se llamó la “marcha de la tolerancia”.

Sí, el caso de Villegas es de manual. Y Villegas no es un reducto de nazis que escaparon de Alemania o una secta de psicópatas que creen que el 2010 es el año del apocalipsis. No, Villegas es una comunidad moral, o sea normal, donde la violencia normalizada se vuelve el mecanismo de control social más eficiente para reproducir las desigualdades: se re-victimiza a las víctimas y se exige tolerancia para los violadores.

En este blog nos opusimos desde el principio a la estrategia del banco público de violadores porque es una expresión institucionalizada de esta misma violencia patriarcal. Si te fijás en el campo de la derecha, más abajo, hay un post permanente que se llama:

“10 RAZONES EN CONTRA DEL

REGISTRO PÚBLICO DE VIOLADORES”

Es un texto breve que escribimos con Baruyeras* y que denunciaba la trampa de la violencia normalizada: “Porque la mayoría de los violadores son conocidos por las mujeres violadas. Están dentro de sus hogares, escuelas, oficinas, clubes, comisarías, parroquias, juzgados, vecindarios. Conocemos sus rostros porque violan a cara descubierta. Y aún denunciándolos a cara descubierta prevalece la indulgencia, la sospecha hacia las víctimas y la impunidad”.

El caso de General Villegas es de manual. Es un ejemplo categórico de que el registro público de violadores es un instrumento totalmente inútil para prevenir la violencia contra las mujeres. Al menos para denunciar y hacer visible la peor de las violencias patriarcales, esa violencia rutinizada e irreflexiva que se repite cotidianamente como un dispositivo central del funcionamiento normal de la sociedad y que tiene como principal función garantizar la impunidad de los varones violentos.

* http://baruyoaldia.blogspot.com/

domingo, 30 de mayo de 2010

LA MASCULINIDAD DE IZQUIERDAS Y EL ABORTO: CUANDO LOS VARONES PROGRES PISAN EL PALITO.

Son varones marxistas, troskos, freireanos, sartreanos, ecologistas, anarkos, igualitaristas, ocupas, y chavistas; pero por sobre toda las cosas: son muy progres. Sin embargo, cuando se trata de hablar sobre el aborto, casi todos pisan el palito.

El domingo 4 de mayo Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto fuimos invitadas a hacer una presentación sobre el funcionamiento de la línea Aborto: más información menos riesgos en la Feria del Libro Independiente (FLIA).

Éramos 5 compañeras del grupo y decidimos dividirnos y circular por toda la feria para distribuir material e invitar a la mayor cantidad de personas posibles a participar de nuestra presentación. Después de mucha interacción y de entregar masivamente folletos y volantes me encontré con el siguiente patrón de respuesta por parte de la mayoría de los varones:

"¿¡Y yo qué tengo que ver con el aborto?!"

Como un reflejo directo de esta reacción masculina a nuestra invitación para participar de la presentación sobre cómo las mujeres abortan con misoprostol, concurrieron al taller todas mujeres y ningún varón.

Es como mínimo curioso el contraste entre las reacciones de estos varones de izquierdas (a menos que hayan sido todos varones no heterosexuales) y la realidad del aborto como práctica social. Porque a partir de las 3.000 llamadas recibidas a través de la línea pudimos reconstruir el papel central que juegan los varones en la práctica del aborto con misoprostol: desde ser los principales responsables de prácticas sexuales riesgosas, hasta la compra del misoprostol.

Según el tercer informe* publicado por Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto, en base a 3.188 llamadas de mujeres que buscaron información pública sobre el uso seguro del misoprostol para abortos en el primer trimestre de embarazo llamando a la línea Aborto: más información, menos riesgos, surge que el 70% de los varones no usó preservativo. Según el mismo informe las mujeres explicitan las dificultades que encuentran para negociar con ellos la anticoncepción y prevención de ITS. A pesar de que los varones progres digan que ellos no tienen nada que ver con el aborto, los varones sí participan de las decisiones reproductivas, controlando las condiciones del encuentro sexual para evitar el uso del forro y forzar a las mujeres al coito interrumpido (en el mejor de los casos)

El informe también muestra que en el 45% de los casos las mujeres llaman a la línea apoyadas y acompañadas por sus parejas. Son los mismos varones que en muchas ocasiones llaman antes que ellas para hacer el primer contacto y se ocupan también de comprar el misoprostol clandestinamente o con receta en las farmacias.

Pensar, como varones, que no tenemos nada que ver con el aborto de nuestras parejas o compañeras sexuales supone que la maternidad forzada no implica también la paternidad forzada. Supone que como varones no nos importa la salud ni la vida de nuestras compañeras frente a un aborto clandestino. Estas suposiciones implican una peligrosa dosis de masculinidad misógina.

La frase “¡¿Y yo qué tengo que ver con el aborto?! tiende a reforzar estereotipos masculinos violentos que reproducen la separación entre las practicas sexuales, como esfera de dominio masculino, de la reproducción, como esfera predominantemente femenina. Cuando los varones participamos de las relaciones sexuales y reproductivas imponiendo nuestra voluntad, reforzando las asimetrías sociales de poder, y poniendo en riesgo la salud de nuestras compañeras no es para nada progre.


*www.informacionaborto.blogspot.com