jueves, 30 de abril de 2009

Una clase cualquiera

Sé que en mi curso hay alumnxs heterosexuales. Hay lesbianas. Hay gays, hay bisexuales. Hay quienes se niegan a ser etiquetadxs. Hay varones, hay mujeres, hay trans. Disidentes y obedientes. Hay quien no adscribe a etiquetas. Hay algunxs que todavía no se animaron a algo. Hay quien ya se animó. Hay otrxs que abortaron, que abortarán. Están lxs que soportan en silencio y lxs que te ponen en vereda. Están quienes callan. Están las voces habilitadas. Hay personas golpeadas. Hay golpeadores.

Sé que en mi curso hay cuerpos sexuados y generizados. Cuerpos con historias. Cuerpos violentados y violentos. Hay sujetxs con pasado, con marcas en el cuerpo, con tiempos, con espacios, con familias, con contexto.

En mi clase, todo eso está ahí, esperando salir o esconderse, de acuerdo al espacio que se habilite, a los ejemplos que se ofrezcan, a los temas que se traten, a las discusiones que se promuevan, a las actitudes que se combatan, a las confianzas que se generen.

Todo eso está ahí, esperando el texto que permita asomar alguna característica opacada, la fisura que habilite el espacio de libertad, la decisión enérgica que elija la voz que debe ser priorizada y la voz que debe ser acallada.

2 comentarios:

juan dijo...

!buenisimo, Marians!

Igor dijo...

Si, muy bueno. Y estoy cada día más misándrico. Gacias por el dato! Saludos. ¿Y Crist?