Lo reconozco. Estoy obsesionado. No paro de pensar en la prostitución, sus causas y sus consecuencias. Tampoco puedo parar de hablar del tema y creo que empiezo a perder amigos (en realidad estoy seguro de eso). Me pongo muy pesado, aburrido y monotemático con el asunto de la masculinidad violenta y todo eso. Pero qué voy a ser, ya se que no puedo ni quiero evitarlo.
Pero está en todas partes. Salgo de la boca del subte en Corrientes y Callao y un flaco me hace un chasquido de dedos mientras me entrega un mini-volante ofertando:
Gatitas
Yeguas
Jovencitas
Negras de verdad
Puras dominicanas
Traviesas
Maduritas
Jóvenes
Rubias
Morochas
Modelos
Hot
Eróticas
Fiesta total
Gatúbelas
Diosas
Pendejas 100% de verdad
Salgo de nuevo del subte en Pasteur y me pasa lo mismo. Y vuelvo a salir del subte en Congreso y me encuentro con un flaco sacado que le grita a otros dos que los va a matar, los acusa de ser proxenetas y violadores. Los otros dos flacos son dos de los que entregan los mini-volantes en esa esquina y lo quieren cagar a trompadas al flaco buchón. Ellos dicen -es nuestro laburo-. Pero el otro flaco los enfrenta y como les dice lo que yo siempre quiero decirles pero no me animo, me digo a mi mismo -esta la mía- y le hago el aguante. Me paro al lado y grito algo, lo primero que se me ocurre. Los dos flacos se van cuando se dan cuenta que ahora somos dos. El otro flaco se da media vuelta y también se va, a las puteadas. Y yo también sigo mi camino.
Salgo del subte de nuevo y veo a un tipo de unos 70 años caminando despacito de un teléfono público a otro teléfono público sacando despacio los mini-volantes uno a uno. Lo encaro, le hago preguntas, y me dice que afean la ciudad.
Salgo de nuevo del subte recaliente por todo y me pongo a sacar mini-volantes de un teléfono público, el primero que encuentro, me desahogo un poco y sigo caminando pero a los pocos segundos aparece un flaco de la nada y los renueva. Más cantidad y papel ilustración.
No paro de hablar del tema, con amigos, familiares, colegas, y conocidos y semi-conocidos. Los trato de convencer. Me repito que tengo que hablar con otros varones prostituyentes o potencialmente prostituyentes y convencerlos. Los varones somos la demanda que sostiene la oferta. Hay que evidenciar la negación, cuestionar lo natural, inocular subjetividades (como en esa película en donde miniaturizan un submarino para inyectarlo adentro de un cuarpo humano: directo al lóbulo prostituyente a neutralizar la demanda). Tengo que convencerlos. ¿Pero de qué tengo que convencerlos? Para empezar hay distintos tipos de respuestas -típicamente masculinas- que hay que atacar y desmontar, y atrás de una viene la otra: 1) que algunas mujeres así se pagan la universidad; 2) que la prostitución VIP está buena porque ellas también la pasan bien; 3) que es un contrato entre iguales; 4) que cada uno (una) hace lo que quiere con su culo; 5) que ellas también la pasan bién; 6) es el oficio más antiguo del mundo; 7) es un trabajo como cualquier otro; 8) es un trabajo donde explotan a la mujer como en muchos otros; 9) etc., etc..
Pero yo insisto, trato de dar vuelta los argumentos, lo intento de nuevo, insisto. Y una de cada diez veces tengo éxito, o al menos creo tenerlo. Quiero tenerlo. Debería hacer algún tipo de seguimiento a cada caso, o al menos a los que tienen mayores chances de éxito.
Me trato de acordar de la primera vez que fui a un prostíbulo. Tenía unos 12 o 13 años. Fuimos en grupo pero solo entraron dos que iban con plata que habían recibido de sus padres especialmente para la misión. Después nos contaron todo. Hasta donde me acuerdo me pareció todo muy raro.
Ayer a la noche necesitaba distraerme y fui al videoclub. Ahí estaban, cientos de películas: aventuras, comedia, ciencia ficción, clásicas, Olmedo y Porcel, de baqueros, pero no, mi brazó se estiró instintivamente, y qué encontré según la sinopsis de la película elegida más allá de mi voluntad:
‘"Hoy y mañana" plantea como una crisis sin final convierte a los hijos de la clase media argentina en aprendices de sobrevivientes. Paula quiere ser actriz, pero sabe que el tiempo corre en su contra. Si no consigue reunir el dinero necesario para pagar el alquiler acabará en la calle y su futuro ya no valdrá nada. Sólo dispone de 24 horas y de nadie a quien recurrir. En medio de la desesperación y la urgencia, Paula se plantea la posibilidad de prostituirse, pero esa nueva y eventual ocupación tampoco ofrece salida’
Pero acaso yo no quería cortar el rollo; parar con este asunto de la prostitución y los prostituyentes que me tiene como loco???!!
Pero ya lo dije, no puedo, no puedo, es como una obsesión. Y me la llevé.
Y esta es mi sinopsis de la película: es la historia de una chica muy joven de clase media que como se dedica al teatro y no tiene un mango post crisis 2001, no puede pagar el alquiler y empieza, de un día para el otro, así porque sí, a prostituirse. Y casi al final de la película le grita a un tipo que se la quiere violar –pará, pará, que yo no soy una puta-. Pero parece que ya es demasiado tarde; para el director de la película la crisis 2001 transformó en putas, o potencialmente putas, a todas las mujeres, incluso a las chicas de clase media, aunque ellas no lo quieran aceptar. Es así la cosa: cuando no podés pagar el alquiler ni ponerle nafta a tu motito qué hacés…????! Y… te ponés los tacos y te vas a buscar clientes. Y un detalle del final, esencial, casi central: mientras pasan los créditos se escucha este temita de los Babasónicos:
"Lo anterior fue sólo un mal viaje; lo que ayer viví, hoy trato de olvidar.
Si divagué perdido entre las aguas, ya estoy bien, no se preocupen más”.
Señor director de cine: ¿es sólo un mal viaje?
¿Usted nos será un poco clasista y/o misógino para tratar este tema, y/o demasiado masculinamente miope, o un prostituyente más?
Me fui a dormir y por suerte no soñé nada de nada.
Continuará….(seguro)
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3 comentarios:
mirá vos a qué buen blog llegué por esacosaquisomatarme!
kudos
Ay chris! Te quiero!!!! (que heteropatriarcal mi reflexión)
Recomendación: tranquilo...es taaaannnn largo el camino de la resistencia....
Lúcidez, creatividad, las "alianzas indigestas" de Maria Galindo y una buena cuota de cinismo, creo que van a ser infalibles.
Vamos por todo.
Un abrazo
Vero
Chris: tenes razon creo que lo de convencer prostituyentes es una de las cosas mas dificiles que puede haber en esto. No imposible pero sí muy jodida porque esta tan legitimado ese asunto...Yo creo q sin dejar de intentarlo hay que por un lado prevenir, educar, seguir rompiendo por una buena educación sexual desde nivel inicial, y por otro lado tenemos que encarar en serio una reflexión entre hombres (mas alla de la orientación sexual) sobre la condicion de varón y la masculinidad que nos imponen, por ahí para sumar a mas tipos habría que empezar a hablar más de los efectos de la masculinidad sobre nosotros mismos, y no tanto (no digo NO, sino no tanto...) en relación directa a las mujeres. Ver las maneras en que la sociedad machista nos usa a los varones, como carne de cañón, como fuerza de choque para tantas cosas, como nos condiciona con la competitividad exacerbada, cómo nos insensibiliza, en fin, hay que ver de atraer gente también por ese lado, para hacernos conscientes de que en definitiva al machismo también lo padecemos en carne propia. Yvalorar el hecho real de que hay muchísimos tipos (hetero incluso) que no van de putas y que hasta ven mal el ir de putas, con todas sus limitaciones, sin que sean intelectuales profeministas ni mucho menos, por razones religiosas incluso, no despreciar esto y aprovecharlo. Un fuerte ABRAZO.
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