miércoles, 17 de julio de 2013

MI MEDICO DE CONFIANZA
Abajo reedito un post del año pasado pero es de esos post que hay que actualizar todo el tiempo para reflexionar sobre el papel social que juega la ciencia en general pero la medicina en particular en el control de las fronteras de lo normal y socialmente aceptable.
Imprimilo y regaláselo a tu medic* de confianza, ese o esa que te dejó en banda cuando le pediste una receta de misoprostol y te dijo que estudió para salvar vidas; ese o esa que te explica los cuidados del sexo hetero cuando ya sabe que sos lesbiana, puto o bisexual; ese o esa que te niega el acceso a la hormonización por tu propio bien cuando sos trans o intersexual y te llama a la consulta por el nombre que dejaste de usar hace muchos años, y ya lo sabe.
A todos esos pulcros profesionales de la salud que estudiaron para salvar vidas les dedicamos esta viñeta sobre la medicalización de la vida.

PD: como siempre pero siempre aparece alguien que aclara que no todos los médicos son iguales. Entonces adelanto esta respuesta: una cosa son las conductas individuales excepcionales y otra cosa es la violencia estructural.

DRAPETOMANIA
Cuando imaginamos a los médicos como agentes de control social y tratamos de construir la historia de la medicalización como un dispositivo para designar enfermedades que refuerzan el orden social dominante nos encontramos con casos como este: en 1851 un prestigioso miembro de la prestigiosísima Asociación Médica de Luisiana, el Dr. Samuel Cartwright, descubrió una enfermedad llamada "Drapetomanía" o "ansias de libertad" que sólo afectaba a los esclavos africanos. El principal síntoma de esta rara enfermedad consistía en querer escapar de sus amos.
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